El contrato de prácticas es una de las fórmulas más habituales para incorporar talento joven a las empresas y, a su vez, brindar a los recién titulados su primera experiencia profesional. Sin embargo, es común que surjan dudas respecto a su correcta redacción y formalización. En este artículo, te explicamos de manera clara y precisa cómo redactar un contrato de prácticas conforme a la legislación vigente en España, cuáles son sus requisitos esenciales y qué aspectos debes cuidar para garantizar la seguridad jurídica de ambas partes.
¿Qué es un contrato de prácticas?
El contrato de prácticas es un contrato laboral dirigido a personas con un título universitario, de formación profesional o certificado de profesionalidad, que desean adquirir experiencia relacionada con su formación. Su objetivo es facilitar la transición entre el mundo educativo y el laboral, permitiendo al trabajador aplicar y perfeccionar sus conocimientos en un entorno real.

Requisitos previos: ¿Quién puede firmar un contrato de prácticas?
Antes de redactar el contrato, asegúrate de que el candidato cumple estos requisitos:
- Haber obtenido un título universitario, de formación profesional de grado medio o superior, máster oficial o certificado de profesionalidad en los últimos tres años (cinco años si tiene discapacidad).
- Que las funciones del puesto estén directamente relacionadas con la titulación obtenida.
- No haber desempeñado anteriormente el mismo puesto bajo contrato de prácticas.
Elementos esenciales de un contrato de prácticas
Para que el contrato de prácticas sea válido y cumpla con la normativa, debe contener los siguientes apartados:
1. Identificación de las partes:
Datos completos de la empresa y del trabajador.
2. Objeto del contrato:
Descripción del puesto de trabajo, vinculado a la formación del empleado.
3. Duración:
El contrato puede tener una duración mínima de 6 meses y máxima de 1 año, salvo que el convenio colectivo determine otros límites. Puede celebrarse a jornada completa o parcial.
4. Retribución:
El salario debe ser, como mínimo, el 60% del salario fijado para ese puesto en el primer año y el 75% en el segundo, según convenio. En ningún caso podrá ser inferior al salario mínimo interprofesional (SMI) en proporción a la jornada.
5. Periodo de prueba:
El periodo de prueba no puede superar un mes para trabajadores con título de grado medio o superior, y dos meses para titulados universitarios, salvo que el convenio colectivo disponga otra cosa.
6. Certificación:
Al finalizar el contrato, la empresa debe entregar un certificado que recoja la experiencia adquirida.
7. Cotización y Seguridad Social:
El trabajador en prácticas cotiza a la Seguridad Social por todas las contingencias y tiene derecho a las prestaciones correspondientes.
8. Forma y registro:
El contrato debe formalizarse siempre por escrito y comunicarse al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en un plazo de 10 días.
Consejos para redactar un contrato de prácticas correctamente
- Utiliza modelos oficiales: El SEPE y muchos convenios colectivos ofrecen modelos de contrato de prácticas homologados que puedes adaptar a tu caso.
- Especifica las funciones y el plan de formación: Detalla las tareas a realizar y cómo se relacionan con la titulación del trabajador. Esto evitará malentendidos y posibles reclamaciones.
- Revisa el convenio colectivo aplicable: Algunos sectores pueden tener condiciones específicas respecto a salarios, duración o periodo de prueba.
- Garantiza la igualdad de oportunidades: No incluyas cláusulas discriminatorias y respeta siempre la normativa vigente en materia de igualdad y no discriminación.
- Incluye la retribución exacta: Indica claramente el salario bruto, la periodicidad de pago y otros complementos si los hubiera.
- No olvides las vacaciones: El trabajador en prácticas tiene derecho a las vacaciones establecidas por ley o convenio.
Errores frecuentes al redactar contratos de prácticas
- Contratar en prácticas a trabajadores sin la titulación adecuada o fuera del plazo legal desde la obtención del título.
- No registrar el contrato en el SEPE o no hacerlo en el plazo establecido.
- Omitir información relevante sobre salario, jornada o funciones.
- Superar la duración máxima permitida o no respetar los periodos de prueba.
- Usar el contrato de prácticas para ocupar plazas estructurales o necesidades permanentes.
Conclusión
Redactar un contrato de prácticas correctamente es clave para ofrecer oportunidades a jóvenes profesionales y, al mismo tiempo, evitar sanciones y conflictos laborales. Una correcta formalización garantiza derechos y obligaciones claros para ambas partes, y contribuye al buen funcionamiento de la relación laboral. Si tienes dudas, consulta siempre la normativa vigente o recurre al asesoramiento profesional especializado en derecho laboral.
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